– Existen diferentes teorías sobre el origen del Black Friday en Estados Unidos, pero la más posible es que la expresión se empezó a usar a mediados de la década de los 50, cuando el día después de Acción de Gracias, se iba a celebrar un partido de fútbol americano entre el ejército y la marina. La ciudad de Filadelfia se colapsó ante la avalancha de personas que llegaron de los suburbios para asistir el partido y aprovechar para hacer sus compras de Navidad. Esto formó un gran caos circulatorio generando problemas y un gran trabajo para las autoridades y la policía. Enseguida lo bautizaron como Viernes Negro.
– El fenómeno fue captado pronto por los comerciantes y se empezaron a ofrecer descuentos para promover las compras durante esa jornada.
– La tradición de compras ese día se extendió rápidamente a numerosos países. Se ampliaron los horarios, se aumentaron los días de descuentos y se empezó a animar al público al consumo desmesurado.
– En España, fue Media Markt quien introdujo el concepto en el año 2012. Enseguida grandes empresas como El Corte Inglés o Amazon se sumaron a esta moda consumista.
– Para hacer más rentable el negocio, en España se introdujo también el Cybermonday, dedicado a las compras por online, que se celebra el lunes siguiente al Black Friday. Más estímulos de compras para el ciudadano = más beneficios para las empresas.
– Diversas organizaciones han denunciado que muchas tiendas incrementan los precios de los productos días antes al Viernes Negro, para luego ponerlos a precio original como falsos descuentos.
– La OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) monitoriza los precios del Black Friday y la conclusión es que los descuentos no son tanto como se anuncia. Por ejemplo en 2018, se analizaron más de 15.000 precios desde un mes antes para comprobar si había ofertas en ese día. Se comprobó que el 37% de los productos habían bajado su precio, mientras que un 22% estaban más caros en el Back Friday que un mes antes de esa fecha. El resto no habían variado su precio. Aquí puedes echar un vistazo a su análisis y consejos.
– En los últimos años las compras por internet han aumentado. También lo ha hecho la creación de sitios falsos con la única intención de engañar al consumidor. Cuidado.
– Según Adigital en 2018, el Black Friday español movió un total de 1.560 millones de euros en compras online. Un 10% más que en 2017.
– El gasto medio por persona que visita un centro comercial ese día es de 256€. Tanto el número de visitantes como el importe del gasto no deja de crecer año tras año.
– El Black Friday supone una desventaja más para los pequeños comercios, que no juegan en igualdad de condiciones y se ven incapaces de gestionar los cambios, hacer campañas publicitarias y ofrecer grandes descuentos en productos gancho, como hacen las grandes empresas.
-Existe un gran número de análisis que afirman que el Black Friday, no es ni rentable ni sostenible y tiene como consecuencia una disminución de ventas en las semanas previas. Es la brutal competencia la que obliga a las empresas a celebrar ese día.
– Los grandes que se reparten el pastel son Aliexpress y Amazon. Ninguno de ellos revela datos de su facturación durante esas fechas, aunque se sabe que es una de los momentos de máxima facturación. El año pasado, las entregas de paquetes aumentaron un 322% en la semana posterior al Black Friday, según datos de la patronal de logística Uno.
– Se está demostrando que el Black Friday no genera un nivel de ventas adicionales, si no que obliga a los comercios a vender lo mismo en menos tiempo y con un menor margen. Generando así compras poco meditadas y empleo de corto plazo y baja calidad.
– La oniomanía afecta a un 6% de la población, sobre todo adolescentes. Es una adicción como cualquier otra que sufren los llamados compradores compulsivos. Ansiedad, y una necesidad continua de gastar se ven incrementadas estos días.